TELEBACHILLERATO COMUNITARIO NO. 21
12 diciembre – 14 diciembre
Los telebachilleratos comunitarios en el Estado de México surgieron como una respuesta a la falta de acceso a la educación media superior en comunidades rurales. Estos centros permiten que jóvenes continúen sus estudios sin desplazarse grandes distancias; sin embargo, la mayoría no cuenta con instalaciones propias y debe compartir espacios con telesecundarias u otras instituciones, lo que limita sus recursos y su desarrollo académico.
El Telebachillerato Comunitario No. 21, ubicado en la comunidad de San Andrés Tepetitlán, municipio de Almoloya de Alquisiras, es un ejemplo de esta realidad. Desde hace 11 años, esta institución brinda educación a 33 estudiantes, bajo la guía de tres docentes comprometidos. A lo largo de este tiempo, han tenido que compartir las instalaciones con la telesecundaria de la comunidad, adaptándose a las circunstancias y gestionando sus clases y actividades en un espacio que no fue diseñado para ellos.
La falta de un edificio propio ha generado múltiples dificultades. Las reuniones académicas se realizan en una palapa del patio, mientras que la directora traslada diariamente los materiales administrativos en su automóvil. A pesar de mantener una relación cordial con la telesecundaria, han enfrentado incidentes relacionados con el uso del mobiliario y los espacios, lo que ha exigido constantes acuerdos y ajustes para mantener una convivencia funcional.
Contar con un espacio propio significaría mucho más que tener aulas nuevas: representaría brindar a los estudiantes un sentido de pertenencia, seguridad y motivación para continuar su formación. Además, evitaría los conflictos derivados de compartir instalaciones y permitiría mejorar la organización, la enseñanza y el aprendizaje.
El Telebachillerato Comunitario No. 21 no cuenta con los recursos económicos para la construcción de su espacio, ni por parte de las autoridades ni mediante recursos autogenerados. La creación de su propia infraestructura representaría no solo una mejora educativa, sino también un incentivo para cambiar el turno a la mañana, permitiendo que las y los estudiantes estudien en condiciones más seguras, sin exponerse a riesgos en sus traslados. Dotar al Telebachillerato de su propio espacio es apostar por la calidad educativa, la equidad y el futuro de esta comunidad, fortaleciendo las oportunidades de desarrollo para sus jóvenes.
