Daniel de 27 años y Arely de 26 años forman una familia junto a sus hijos, Anayelly de 6 años, Jesús Tadeo con 5 años y un bebé que viene en camino.
La familia Escalante Hernández vive en un cuarto prestado que está compuesto con paredes de madera deteriorada por donde pasa el frío junto. El cuarto se cubre por un techo de lámina desgastada que permite la filtración de agua en tiempos de lluvia. La situación de la vivienda es propicia para la generación de enfermedades e incomodidades por el hacinamiento en el que viven.
Los recursos económicos insuficientes han limitado el objetivo de la familia: tener una casa propia donde cuidar en condiciones dignas a sus hijos. Este objetivo se dibuja difícil ya que el trabajo inestable de Daniel vinculado al jornal campesino está destinado a sobrevivir.
Es por ello que Arely y Daniel solicitan el apoyo de Construyendo para que, junto con un grupo de benefactores y voluntariado le dan un lugar seguro para que sus hijos puedan crecer de forma segura y comiencen a vivir con la calidad que necesitan.