Guadalupe y Fortunato viven con sus hijos, una nuera y nieta repartidos en dos cuartos de madera, adobe y nailon. ​

Antes del sismo del 19 de septiembre de 2019 la familia vivía en una casa de adobe de tres cuartos, sin embargo por el movimiento, dos de los cuartos se cayeron, por lo que tuvieron que buscar una forma de albergarse. La cocina estaba construida de madera y este espacio lo utilizaron como cuartos para dormir, posteriormente una fundación se acercó a ellos y les donó una casa de madera temporal. Actualmente en la casa de madera duermen 3 personas (hijo, esposa y nieto) y en el otro cuarto los 5 restantes (Guadalupe, Fortunato y sus otros tres hijos).​

La familia tiene la necesidad de dos casas, una para la Guadalupe, Fortunato y sus hijos y otra para el hijo de la pareja, su esposa y su hijo, sin embargo por el momento su calidad de vida mejoraría considerablemente con una vivienda para los 8. 

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