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FAMILIA PALMA QUEZADA

19 septiembre - 20 septiembre

Vivir en una vivienda digna es mucho más que tener un techo: es contar con un espacio seguro, saludable y propio donde la familia pueda desarrollarse plenamente. Cuando una familia vive en una infravivienda, hecha con materiales endebles, o en condiciones de hacinamiento, cada día se convierte en un reto para su bienestar físico y emocional. La falta de espacio, privacidad y seguridad no solo afecta la salud, sino también los sueños y el futuro de quienes habitan ahí. Apoyar a estas familias es devolverles la tranquilidad de saber que tienen un lugar donde crecer, descansar y construir una vida con esperanza.

La señora Teresita de Jesús, de 58 años, y don Trinidad Francisco, de 81 años, viven en el municipio de Coyotepec, Estado de México, rodeados de su familia: tres hijas y varios nietos que llenan de vida y movimiento el hogar. Dos de sus hijas, Delia (38 años) y Yolanda (36 años), son madres solteras que trabajan como jornaleras en fábricas cercanas para sacar adelante a sus hijos: Rut (10 años), David (5 años), Kenania (6 años) y Jonathan (5 años). Isabel (34 años), la hija menor, permanece en casa para ayudar con las tareas del hogar y cuidar a los pequeños.

El lugar donde viven es un cuarto de madera con un techo de lámina que deja pasar el frío y la lluvia. El piso de cemento es la base sobre la que descansan cuatro camas, donde cada noche tratan de acomodarse todos como pueden. La cocina se encuentra junto a las camas, sin ningún tipo de separación que les brinde comodidad o privacidad. En este espacio reducido, la familia ha aprendido a adaptarse y sobrevivir, aunque cada día se vuelve más difícil mantener el ánimo frente a tantas carencias.

A pesar de todo, la esperanza sigue viva en Teresita. Con voz emocionada, comparte: “Un hogar digno para mis hijas y nietos sería un milagro. Quiero que ellos tengan un lugar seguro, donde no les falte un techo firme ni un espacio para descansar en paz. Saber que Construyendo y los voluntarios piensan en nosotros me llena el corazón de gratitud.”

Hoy, gracias al compromiso de voluntarios y aliados, podemos hacer posible ese milagro. Tu apoyo no solo transformará un espacio físico; también traerá calma, estabilidad y la posibilidad de un nuevo comienzo para esta familia. Juntos podemos construir algo más grande que una casa: un hogar donde los sueños de Teresita y su familia florezcan con fuerza.

Detalles

Local

  • FAMILIA PALMA QUEZADA
  • Mexico

Organizador

  • AMIGO CONSTRUYENDO