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FAMILIA BRICEÑO ZARAGOZA
Tener un hogar digno no es un lujo, es una necesidad fundamental. Para la familia Briceño Zaragoza, este
sueño parece cada vez más lejano, a pesar de su esfuerzo diario por salir adelante. Con dificultades
económicas y una lucha constante contra la adversidad, han aprendido a resistir, pero también a mantener
viva la esperanza. Hoy, más que nunca, necesitan el apoyo de quienes creen en la importancia de un
hogar seguro para transformar vidas.
La historia de la familia Briceño Zaragoza es la historia de miles de familias en México que día a día
enfrentan la lucha por una vida digna. Antonia Zaragoza, a sus 48 años, se ha convertido en la fortaleza de
su hogar, asumiendo con amor y entrega el cuidado de su esposo, quien desde hace tiempo sufre las
secuelas de un derrame cerebral que lo dejó con una discapacidad permanente. A sus 60 años, ya no
puede trabajar, y su familia hace todo lo posible para salir adelante.
En su pequeño hogar, ubicado en la comunidad de Tlacuitlapa, comparten espacio con su hija Ivonne
Briceño (29 años) y su esposo Cristian Erick (28 años), quienes trabajan largas jornadas en una fábrica de
textiles para mantener a su pequeño hijo, Ian Hernández, de apenas un año. El amor y la unión familiar son
el pilar que los mantiene firmes, pero la realidad que enfrentan es dura.
Su casa, de paredes de bloque y techos de madera, apenas les ofrece refugio. Con solo dos habitaciones,
la privacidad es casi inexistente, y la falta de espacio y recursos limita su calidad de vida. Para Antonia, la
mayor preocupación no es solo el espacio reducido, sino la imposibilidad de mejorar las condiciones de su
hogar, pues la mayor parte de sus ingresos se destinan a medicamentos y gastos médicos para su esposo.
Cada día, lucha por equilibrar las tareas del hogar, el cuidado de su nieto y la atención a su esposo,
enfrentando con valentía las dificultades de la vida.
Sin posibilidades de acceder a una vivienda propia y adecuada, acudieron a Construyendo en busca de
esperanza. Saben que el camino no es fácil, pero tienen la certeza de que con apoyo, pueden lograr el
sueño de un hogar digno, un espacio donde su familia pueda vivir con seguridad y tranquilidad.
Nadie merece vivir con la incertidumbre de no saber si tendrá un techo firme sobre su cabeza. Hoy, la
familia Briceño Zaragoza necesita una oportunidad para transformar su historia.
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