En la comunidad de Santa Elena de la Cruz, Tolimán, vive la familia García Díaz, formada por Gilberto, Alma Belém y sus hijos, Noah y Rosa Kateryn. Gilberto trabaja como jornalero en Bioparques, mientras que Alma complementa los ingresos con la venta de piñatas. Noah, de 5 años, tiene parálisis cerebral y requiere terapias constantes, mientras que Rosa Kateryn, de 3 años, asiste al kínder.
Los ingresos de la familia son limitados y gran parte se destina al tratamiento de Noah. Para que reciba sus terapias, deben trasladarse hasta Ciudad Guzmán, pues en su comunidad no cuentan con este servicio.
La familia vive en un cuarto prestado con servicios básicos, pero el espacio es reducido y poco ventilado. La única ventana está bloqueada por un ropero, lo que hace que el ambiente sea oscuro y poco adecuado para el bienestar de la familia.
Para Gilberto y Alma, contar con una vivienda propia significa estabilidad y un mejor futuro para sus hijos. Buscaron de Construyendo y sus aliados con la esperanza de acceder a un hogar digno les permitirá brindarle a Noah un espacio adecuado para su desarrollo y mejorar su calidad de vida en un entorno seguro.