La familia Rosales Flores está formada por Juvenal, de 43 años; Rocío, de 34; y sus hijos, Neymar, de 13 años, e Irlanda Polet, de 11. Juvenal trabaja por temporadas en la cosecha de mango, piña o en el desmontaje de mezcal, pero una lesión en los brazos le impide tener un empleo estable. Rocío complementa los ingresos preparando desayunos en la escuela, mientras sus hijos se enfocan en sus estudios.
La falta de empleo fijo de Juvenal y los ingresos irregulares de Rocío hacen que cubrir necesidades básicas sea un desafío constante. Además, viven en una vivienda prestada, lo que les genera incertidumbre sobre su futuro y la estabilidad de su hogar.
Su hogar tiene pisos de cemento y paredes de construcción tradicional, pero los techos de lámina galvanizada provocan calor extremo en verano. Además, cocinan con leña debido al alto costo del gas, afectando la salud respiratoria de los integrantes mas pequeños del hogar.
Para la familia, contar con una vivienda propia significa estabilidad y bienestar. Se acercaron a Construyendo a que sueñan con un hogar seguro, donde sus hijos puedan crecer en mejores condiciones. Con apoyo, esperan hacer realidad este anhelo y construir un futuro más digno.