Evelin, con solo 18 años, es madre de dos pequeños: Saraí, de 3 años, y Miguel, de apenas 1. Vive en Temoaya, Estado de México, junto a su pareja, Arturo, de 20 años. Sin embargo, la falta de ingresos estables ha creado tensiones en su relación, sumando peso a la ya difícil carga de la vida diaria.
La situación de Evelin y su familia es desgarradora. Habitan en un espacio prestado por su cuñado, donde conviven 15 personas en solo dos cuartos. Las noches se convierten en un desafío, ya que cada habitación tiene tres camas y las goteras son una constante, obligándoles a improvisar con bolsas para protegerse del agua que cae. La cocina, con un techo de lámina, y las paredes cubiertas con lonas, reflejan una lucha diaria por encontrar comodidad y dignidad en medio de la adversidad. La falta de servicios básicos es alarmante; dependen de la electricidad de un vecino y carecen de agua potable.
Evelin no solo enfrenta problemas en su entorno familiar, sino también en su relación de pareja, donde la falta de apoyo económico agrava aún más la tensión. El sueño de un hogar digno se siente lejano, y la frustración crece con cada día que pasa. Por eso, han decidido acercarse al equipo de Construyendo, con la esperanza de encontrar apoyo que les permita dar un paso hacia una vida mejor, donde puedan ofrecer a sus hijos un lugar seguro y saludable para crecer.