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FAMILIA MORALES CAMPOS
Un hogar es donde comienza todo. Es el primer lugar donde se aprende, se ama y se sueña. Para muchas familias, contar con un espacio propio es la diferencia entre vivir con incertidumbre y avanzar con dignidad. José (27 años) e Isamar (35 años) comenzaron su vida juntos hace un año, acompañados de Azul, la hija de Isamar, quien actualmente cursa la primaria. Viven en el municipio de Ocuituco, Morelos. José trabaja como ayudante en el campo, pero su empleo es temporal e inestable, mientras que Isamar se dedica al cuidado del hogar y de su pequeña.
La familia enfrenta condiciones de pobreza económica, hacinamiento y rezago social. Actualmente viven en un cuarto prestado por los padres de José, compartiendo espacios básicos con otros familiares. Sin embargo, lo que más preocupa es la salud de José: un problema en su columna, aún no diagnosticado oficialmente, le dificulta trabajar de manera constante, reduciendo sus posibilidades de ofrecer un mejor futuro a su familia.
Ante esta situación, José e Isamar sueñan con un hogar propio donde Azul pueda crecer con seguridad y estabilidad. Ellos saben que por sí solos no podrán lograrlo, pero confían en que, con el apoyo de voluntarios y aliados, su vida pueda dar un giro hacia la esperanza y la tranquilidad.
Porque una casa no solo resguarda del clima, sino también de la incertidumbre. Gracias a Construyendo y a quienes se suman con corazón y voluntad, esta familia puede aspirar a una vida mejor. Hoy tú puedes ser parte del cambio: construyamos esperanza, ladrillo a ladrillo.
