
Detrás de cada puerta y cada techo dañado, hay una historia de lucha, esperanza y amor incondicional. En muchas comunidades rurales de México, familias enteras enfrentan cada día el reto de sobrevivir en condiciones que no garantizan lo más básico: un hogar digno. Pero incluso en medio de la adversidad, hay quienes siguen soñando con un mejor futuro para sus hijos y están dispuestos a trabajar por él.
En la comunidad de San Miguel Huepalcalco, en Ocuituco, Morelos, vive la familia Carmona Aguilar, integrada por Ariel (32 años), quien trabaja como jornalero en una fábrica de lunes a sábado, y su esposa Yenifer (26 años), dedicada al cuidado de su pequeño hijo Leonardo, de apenas 7 años.
A pesar del esfuerzo diario de Ariel y el amor con el que Yenifer cuida a su familia, viven en condiciones muy difíciles. Su hogar es un pequeño cuarto que funciona como recámara, cocina y sala al mismo tiempo. Todos duermen juntos en una cama matrimonial. Las paredes son de block y los techos de lámina están deteriorados: el viento, la lluvia y el paso del tiempo lo han dañado tanto que deben cambiarlo constantemente para mantenerse secos.
El hacinamiento, la falta de oportunidades y la precariedad económica limitan sus sueños. Sin embargo, no pierden la esperanza. Con la mirada puesta en un futuro mejor para Leonardo, han decidido buscar apoyo a través de Construyendo, con la ilusión de levantar una vivienda digna que les brinde seguridad, salud y un espacio para crecer como familia.
Hoy, tú puedes ser parte del cambio. Con tus manos, tu tiempo y tu corazón, puedes ayudar a que la familia Carmona Aguilar construyan un verdadero hogar. Súmate como voluntario y descubre cómo, juntos, podemos transformar vidas y sembrar esperanza